Hércules era el héroe mitológico poseedor de una fuerza descomunal. Tal vez, los dueños de un perro creyeron que era el nombre justo para la mascota que habían comprado y era pura potencia. Al poco tiempo creyeron que habían errado con el nombre.
Es que Hércules, un hermoso perro de raza American Stanford, de tres año, fue abandonado en un basurero inhóspito en las afueras de la ciudad española de Extremadura. ¿El motivo? Habían descubierto que tenía una enfermedad congénita. Traducido: necesitaba un operación y eso cuesta dinero. Chau Hércules. Tirado como una bolsa de residuos.
Lo encontraron hace unos días. Al borde de la muerte. Sin fuerzas. No podía caminar por el hambre y por su enfermedad, que le impedía respirar normalmente y hasta le provocaba desmayos. El corazón no latía al ritmo normal.
Hércules puede agradecerle a los voluntarios del refugio de animales Minie de Sagunto, que lo hallaron y lo llevaron a uno de sus centros, en Camp de Morvedre. Allí le realizaron estudios médicos y descubrieron su desajuste cardíaco. El perro necesitaba una operación de inmediato porque corría el riesgo de un paro cardíaco.
La solución la encontraron en un hospital único. Se llama Aúna Especialidades Veterinarias y está ubicado en la ciudad valenciana de Paterna. Un cardiólogo del centro médico, Pablo Fernández Rodríguez, consideró que la única solución era implantarle un marcapasos humano que le corregiría la cardiopatía.
El dispositivo tiene tecnología de última generación y permite acelerar el ritmo cardíaco. Explicó Fernández Rodríguez: "El marcapasos sirve para que el corazón de Hércules lata con normalidad. Antes de operarlo sólo llegaban a 30 ó 40 pulsaciones por minuto, una frecuencia muy baja para un animal de sus característica. Pensamos en un marcapasos humano porque la patología de Hércules era igual a la que puede padecer cualquier persona".
Hércules entró el viernes en sala de operaciones. Con un detalle único: a cargo de la cirugía estuvieron un médico veterinario y un médico de humanos. A Fernández Rodríguez lo acompañó el cirujano cardiovascular Ángel Ferrero, del departamento de electrofisiología del Hospital Clínico de Valencia.
La operación fue un éxito rotundo. El marcapasos elegido para Hércules es de los mejores del mundo, con dos electrodos en lugar de uno y una autonomía de hasta 10 años.
La pregunta que se le hizo a los médicos es que diferencia hay en una operación de este tipo entre un perro y un humano. Casi imperceptible. La única radica en la cantidad de anestesia que se administra. En las personas es anestesia local, en los animales es total.
Hércules ya despertó, está en la fase post operatoria y no tendrá inconvenientes. El único problema era quién se hacía cargo de los costos. Y llegaron las manos amigas para dar una respuesta. Al refugio se le hizo un fuerte descuento y el dinero faltante se piensa obtener con donaciones.
Hércules ya respira normalmente. No se agita. Se lo ve fuerte y feliz. Dentro suyo lleva un marcapasos humano. En pocos días podrá correr por primera vez en su vida sin cansarse. Ya no se desmayará. Será un perro normal. Hasta tanto, ya le hizo honor a su nombre. Tuvo la enorme fuerza de sobrevivir...
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