El problema principal de los regímenes alimentarios es que cuando, tras realizar grandes esfuerzos se llega a una importante baja de kilos, para muchos el hambre se vuelve irresistible y no sólo recuperan lo perdido sino que engordan todavía más.
El trabajo de especialistas de la Clínica Mayo (Minnesota, Estados Unidos) sobre la ghrelina será publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
El estudio se realizó en animales de laboratorio pero si los resultados se replicaran en pacientes humanos se trataría de un gran paso adelante en la gestión de la obesidad y sus enfermedades relacionadas.
¿Cómo funciona? Tras una importante pérdida de peso, el organismo comienza a producir mucha ghrelina generando una mayor atracción por la comida. Los científicos diseñaron un método para "silenciar" a la hormona del hambre, inyectando una sustancia inhibidora llamada butirilcolinesterasa.
En ratones ex-obesos comprobaron que una sola inyección de este "fármaco experimental" mantiene el peso corporal de los animales, protegiéndolos del riesgo de volver a engordar. Se trataría de un descubrimiento científico potencialmente significativo respecto del comportamiento metabólico y podría ayudar a controlar cuadros de enfermedades en muchas personas, afirmaron los investigadores.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud cada año al menos 2,8 millones de personas mueren en el mundo por consecuencias sobre la salud del sobrepeso o la obesidad. Estas condiciones influyen, además, en varios tipos de cáncer, cardiopatías y diabetes tipo 2, en especial, alcanzando el nivel de epidemia con altos costos para el sistema sanitario.
(Fuente: ANSA)
from Blogger http://ift.tt/2yvF3Tp
via IFTTT
No hay comentarios:
Publicar un comentario