El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) recomiendan que los adultos no excedan las tres porciones de productos lácteos bajos en grasa por día, pues el alto contenido de grasa saturada que se encuentra en los productos lácteos, puede elevar los niveles de colesterol "malo", lo que representa una amenaza para la salud cardiovascular. Sin embargo, una nueva investigación desafía estas pautas.
El estudio observacional a gran escala publicado en la revista The Lancet, ha revisado los hábitos alimenticios de más de 130.000 personas en 21 países de cinco continentes y ha descubierto que los lácteos enteros se correlacionan con un menor riesgo de mortalidad y enfermedad cardiovascular.
Los investigadores utilizaron cuestionarios sobre alimentos para recopilar datos sobre los hábitos alimenticios de 136.384 personas durante un período de seguimiento de 9,1 años. Las personas encuestadas tenían entre 35 y 70 años, y los productos lácteos que consumían eran leche, yogur y queso.
En el estudio, una porción de lácteos comprendía un vaso de leche de 244 gramos, una taza de yogur de 244 gramos, una rebanada de queso de 15 gramos o una cucharadita de mantequilla de 5 gramos.
Con base en esto, el equipo dividió a los voluntarios en cuatro grupos: los que no consumieron productos lácteos, los que no consumían lácteos todos los días, los que consumieron una o dos porciones diarias, y el grupo de "alta ingesta", que consumió más de dos porciones diarias, o 3.2 porciones, en promedio, todos los días.
El estudio reveló que las personas en el grupo de alta ingesta tenían menos probabilidades de morir por cualquier causa, menos probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares, y menos probabilidades de tener un accidente cerebrovascular o desarrollar una enfermedad cardíaca importante.
Además, dentro del grupo que consumía regularmente productos lácteos enteros, los expertos descubrieron que cuantos más productos lácteos enteros se consumían, menor era el riesgo de mortalidad y problemas cardiovasculares.
"Nuestros hallazgos respaldan que el consumo de productos lácteos podría ser beneficioso para la mortalidad y las enfermedades cardiovasculares, especialmente en países de ingresos bajos y medios en los que el consumo de productos lácteos es mucho menor que en América del Norte o Europa", explica Mahshid Dehghan, líder del trabajo.
¿Deberían cambiarse las pautas dietéticas?
Aunque se trata de un estudio observacional que no puede confirmar la causalidad, los resultados sugieren que algunas grasas saturadas en productos lácteos enteros podrían beneficiar la salud cardiovascular, al igual que algunas vitaminas y calcio. ¿Esto significa que las pautas dietéticas actuales deberían cambiarse? Eso parece. Sin embargo, no se trata de dejar de lado los homólogos descremados o bajos en grasa de lado, advierten los propios autores, pues recalcamos que, aunque amplio, no deja de ser un estudio observacional.
La leche entera reduce el riesgo de mortalidad
"Los lectores deben tener cuidado, y tratar este estudio solo como otra pieza de la evidencia (aunque sea grande) en la literatura".
Referencia: Association of dairy intake with cardiovascular disease and mortality in 21 countries from five continents (PURE): a prospective cohort study. Mahshid Dehghan, Andrew Mente, Sumathy Rangarajan, Patrick Sheridan, Prof Viswanathan Mohan, Romaina Iqbal, et al. THE LANCET 2018. DOI :https://ift.tt/2PQ097w
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