El asado, las empanadas y los alfajores pueden ser considerados argentinos, pero tienen un claro origen foráneo. En dos países de Medio Oriente millones de ciudadanos toman mate todos los días, por ejemplo.
La mayoría se pronunciaría por las empanadas y el asado, pero si la pregunta fuese cuáles son las comidas más típicamente porteñas, aquellas que forman parte del patrimonio cultural de la ciudad, la respuesta correcta debería empezar por la milanesa a la napolitana.
Las empanadas y el asado, así como el dulce de leche y los alfajores, que no faltan jamás a la hora de evaluación de las comidas típicas argentinas, forman parte de un bagaje cultural intangible, pero está claro que tienen orígenes foráneos, mientras los sorrentinos no tienen nada de italiano, ya que fueron inventados en Mar del Plata, según consigna la agencia Noticias Argentinas.
La milanesa es un plato que se come alrededor del mundo, pero aquí se creó la variedad "napolitana"
La milanesa, que suele creerse muy argentina, se come también en Uruguay, Paraguay, Chile, Perú, y hasta México acaso sin el entusiasmo voraz de aquí, y está clarísimo que es una adaptación de la muy previa cotoletta italiana (hay especialidades en Milán. La ciudad del norte que le da el nombre argentino, Nápoles y Palermo).
Pero el mapa gastronómico del mundo muestra una serie de ideas muy similares a la de Italia, entre ellos el escalope à la milanaise en Francia, el escalope en Portugal, un plato llamado wiener schnitzel (bistec vienés) en la cultura germánica y el tonkatsu de la japonesa, lo que lleva a pensar que la idea de la carne empanizada es bastante universal, según NA.
¿Dónde nació exactamente la milanesa napolitana?
Lo que es netamente local tiene que ver con el momento en que al dueño de la pizzería Nápoles, frente al Luna Park, se le ocurrió ponerle la salsa, el queso y el orégano con que confeccionaba las pizzas a las milanesas de ternera, propiciando un bautizo más que raro.
Lo que sí es muy argentino es la ductilidad en torno a la milanesa, que puede ser de carne de vaca, de cerdo, de pollo, de pescado, de soja, de berenjena, al horno o frita y acepta muchos tipos de acompañamiento desde las papas fritas a las rústicas, desde los purés a las ensaladas, e incluso protagoniza uno de los sándwiches más contundentes que puedan imaginarse.
Cinco tips para preparar una buena milanesa
Si bien la mayoría pude considerar que sabe cómo cocinar milanesas, a continuación, te vamos a dejar la posta para que las que vos hagas sean las mejores de todas y nadie se las olvide.
Prestá atención y anota todo lo que tenés que saber a la hora de hacer milanesas:
1. Tipos de carne:
Los cortes que se suelen usar son cinco o seis que varían en precio y características: la Cuadrada y por el mismo precio, con buena proporción de carne y grasa, la Bola de lomo son las más populares. Un poquito más cara está la Nalga y el que nunca falla salvo al bolsillo es el Peceto.
La nalga se caracteriza por cortes grandes de una sola pieza. En cambio, el peceto, por ejemplo, ofrece cortes más pequeños y redondos. Lo que sí es bastante más magro. Suele ser una carne tierna y sin nervios.
La bola de lomo, si bien es muy jugosa, como está compuesta por dos músculos, sucede que si se la corta muy fina a veces se desarma un poco. La cuadrada en cambio da un bife de una sola pieza, pero suele ser una carne mucho más fibrosa.
Si te toca una carne muy dura, podés darle unos golpes para que se ablande un poco.
2. Marinada:
La proporción ideal, para preparar 8 milanesas consiste en mezclar en un bowl 2 huevos batidos con una cucharada de perejil fresco picado, un diente de ajo picado, unas gotitas de limón para tiernizar la carne, sal y pimienta a gusto.
El tiempo de marinada es clave. La marinada ayuda a que la carne se ablande y tome sabor a la vez. Es importante entonces, que los cortes estén un tiempo considerable dentro de ella. El mínimo recomendado es una hora. Pero la realidad es que cuanto más las dejen, es mejor. Si agregan a la marinada un poco de vinagre o jugo de limón, la carne se ablandará mucho más y quedará mucho más tierna.
3. Pan rallado:
No compres el industrial que te venden en los súper, sino andá directamente a comprar el pan rallado de panadería. Es importante que esté rallado finito.
Cuando te salgan las milanesas un poco secas, no dudes en agregarle tomate, queso y hacerlas napolitana.
4. A la hora de cocinarlas:
Si tus milanesas van a ser fritas vas a tener que calentar el aceite a 180° para que te salgan ni muy grasosas, ni tampoco quemadas. El secreto para saber si la temperatura es la correcta, tirá un pedacito de pan en la sartén, y si sube rápido y se tuesta en 30 segundos, es señal de que está listo.
Además, debes tener en cuenta que no necesitás un litro de aceite mezcla o de girasol para freír tus milanesas; con que la cantidad que uses sea del grosor de la milanesa (sin que la cubra) alcanza, siempre que las cocines vuelta y vuelta. Entre cada una de las milanesas que cocines, sacá los restos de pan rallado que queden en la sartén, para evitar que se quemen y afecten el sabor de las milanesas.
Si sos del que los prefiere al horno, tenés que saber que es una gran opción en donde también te pueden salir espectaculares, y más livianas. Las milanesas deberán estar durante 12 minutos en el horno a 180°, colocadas en una asadera humedecida con una película de aceite mezcla o de girasol y ¡esencial! acordate de darlas vuelta una vez para que se cocinen parejo.
5. Si te salieron secas, no te desesperes:
Con que les pongas por encima un par de cucharadas de salsa de tomate, unas fetas de queso fresco y un puñado de orégano, las llevás un rato al horno hasta que el queso se derrita y las recuperás con unas exquisitas milanesas a la napolitana.
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