Kashe Quest tiene apenas dos años y ya es una de las personas más inteligentes del planeta. A su corta edad, incorporó varias habilidades que la mayoría de los niños desarrolla mucho tiempo después. Quest puede leer y escribir, además de retener un gran volumen de información. En los últimos días, la prestigiosa asociación de personas superdotadas Mensa la aceptó como miembro de la entidad luego de que la pequeña, oriunda de Estados Unidos, obtuviera un asombroso resultado en su examen de coeficiencia intelectual: 146 puntos.
En la misma prueba, otras eminencias como Stephen Hawking y Albert Einstein alcanzaron los 160 puntos. Como una demostración de su gran capacidad, Kashe aprendió todos los elementos de la tabla periódica, que ahora conoce de memoria y puede identificar.
En una entrevista con la televisión estadounidense, Devon Quest, su papá, contó que la niña suele amanecer ávida de conocimiento. "Quiero repasar los elementos" o "quiero repasar los estados" son pedidos comunes en la casa de los Quest por parte de la integrante más joven de la familia.
La madre, en tanto, recordó cuáles fueron los primeros indicios de la extraordinaria inteligencia de su hija. "Empezamos a notar que su memoria era realmente genial", dijo Sukhjit Athwal. "Aprendió las cosas muy rápido y estaba realmente interesada en aprender. Aproximadamente a los 17, 18 meses, había reconocido todo el alfabeto, números, colores y formas". Hoy, Kashe reconoce cada estado del país en el que vive en un mapa y se dedica a practicar nuevos idiomas, como el español. En diálogo con el canal CNN, su padre añadió: "Ella siempre nos ha mostrado, más que nada, la propensión a explorar su entorno y hacer la pregunta '¿por qué?'. Si no sabe algo, quiere saber qué es y cómo funciona, y una vez que lo aprende, lo aplica".
Luego de probar que su coeficiente intelectual era mucho más alto que el promedio, Kashe se unió a Mensa, la organización que nuclea a las personas más inteligentes del planeta. "Creo que lo más importante para nosotros es asegurarnos de que le estamos dando todo lo que ella necesita en términos de su desarrollo y curiosidad natural. Queremos asegurarnos de que hicimos nuestra parte", explicó su mamá.
En un intercambio con la revista People, el director ejecutivo de Mensa, Trevor Mitchell, dijo: "Kashe es sin duda una adición notable. Estamos orgullosos de tenerla y de poder ayudarla a ella y a sus padres con los desafíos únicos que enfrentan los jóvenes superdotados".
Ahora, los padres buscan una educación que le permita a su hija tener la vida "normal" de una persona de su edad y evitar las presiones que pueden llegar con su inusual inteligencia. "Al final del día, ella está en esa etapa de niña pequeña", apuntó su madre. "Así que todavía es una niña normal de dos años con la que tenemos negociaciones, tenemos rabietas, tenemos de todo. Necesita estar con niños de su edad, y no tener esa presión sobre ella para actuar como alguien más grande de lo que necesita ser".
LA NACION
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