Durante las fiestas navideñas, el impulso de comprar se ve influido por una combinación de emociones, tradiciones culturales y técnicas de marketing que tocan directamente nuestros sentimientos. Pilar
Navarro, una reconocida experta en neuromarketing de EAE Business School, desglosa estos factores y ofrece consejos basados en la neurociencia para tomar decisiones de compra más inteligentes.La Navidad genera una atmósfera de consumo donde la oxitocina, o "hormona del amor", juega un papel crucial al aumentar la empatía y el sentido de comunidad, fomentando así un mayor gasto en regalos para los seres queridos. Este acto de dar refuerza las normas sociales de reciprocidad y pertenencia, esenciales en culturas latinas.
El comportamiento de compra navideño activa circuitos cerebrales vinculados al placer y la recompensa, particularmente el sistema dopaminérgico. La anticipación de adquirir algo, especialmente en ofertas o productos exclusivos, aumenta los niveles de dopamina. El marketing utiliza estímulos multisensoriales para influir en las decisiones de compra: la música navideña, los aromas como la canela y la decoración visual crean un ambiente que promueve la nostalgia y la alegría. Navarro señala que estas estrategias se adaptan según el contexto climático y cultural, siendo diferentes en el hemisferio norte y sur.
El sentido de urgencia que provocan los descuentos activa el sesgo de escasez, elevando el valor percibido de los productos y disminuyendo la racionalidad en la decisión de compra. Las promesas de felicidad de las marcas apelan al optimismo y a los circuitos de recompensa, incentivando compras inmediatas.
Para un consumo más equilibrado, Navarro sugiere:
Planificar un presupuesto para evitar el estrés financiero.
Priorizar listas de regalos para enfocar las compras.
Anticipar compras para evitar decisiones impulsivas de última hora.
Optar por regalos significativos más que costosos, ya que los obsequios personalizados tienen mayor impacto emocional.
Evitar financiar con tarjetas de crédito para no acumular deudas.
Consumir de manera sustentable apoyando productos duraderos o locales.
Además, para compras de alimentos, recomienda:
No comprar con hambre para evitar decisiones impulsivas.
Elegir ambientes tranquilos para las compras, ya que el caos puede alterar la toma de decisiones racionales.
Desafiar las ofertas engañosas, analizando el verdadero costo-beneficio para no caer en compras excesivas.
En resumen, Navarro proporciona una guía para navegar la temporada de compras navideñas con inteligencia emocional y económica, haciendo hincapié en la importancia de la planificación y la consciencia de cómo nuestras emociones pueden ser manipuladas por el marketing.
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