La convivencia con la migraña es una condición humana inevitable, tan humana que se transforma en prosa y en poesía, en el intento de domesticarla, como a tantos otros dolores del alma. "La lengua inglesa, que puede expresar los pensamientos de Hamlet y la tragedia del Rey Lear, no tiene palabras para los temblores y la migraña. (…). La más simple estudiante cuando se enamora tiene a Shakespeare o a Keats para traducir sus pensamientos, pero cuando un sufriente intenta explicar su dolor de
cabeza a un médico la lengua inmediatamente enmudece".Estas palabras tan descriptivas del sufrimiento inexplicable que implica pasar por una migraña son de la escritora inglesa Virginia Wolf , que las dejó grabadas en su ensayo de tipo autobiográfico "Sobre estar enfermo", escrito en 1926. Ella sabía de lo que estaba hablando: el escrito nació a la sombra de prolongadas crisis de esos dolores de cabeza que la atormentaban, junto con incapacidad para soportar ruidos y luces intensos.
Actualmente, cerca de 300 millones de personas en todo el mundo sufren de migraña. En la Argentina, se calcula que un 2% de la población total la padece. Para quienes suponen que las víctimas de este mal se quejan por demás, vaya el dato de que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) clasificó a la enfermedad entre las cinco más incapacitantes, junto con la tetraplegia, la depresión, la psicosis y la demencia.
Pero hay una buena noticia: por primera vez en la historia de la medicina habría una solución para prevenir estos dolores lacerantes. Estudios llevados a cabo por cuatro empresas farmacéuticas, publicados en la revista médica de Gran Bretaña "The Lancet", revelaron un promisorio mecanismo de acción específico contra el blanco que dispara el trastorno.
El fármaco está en fase final de investigación y los últimos resultados de las pruebas clínicas hechas sobre seres humanos estarán listas hacia el año próximo. Se trata de un anticuerpo monoclonal, una molécula producida en el laboratorio, capaz de llegar a su destino sin provocar efectos secundarios en el organismo. El medicamento bloquea un compuesto químico cerebral, conocido como CGRP, una sustancia que es liberada por el nervio trigémino, estructura que se extiende por casi toda la cabeza. Con efecto vasodilatador e inflamatorio, la CGRP es producida como una forma de defensa del organismo frente a estímulos diversos, como por ejemplo largos períodos de ayuno y estrés. Una llave genética hace que el cerebro de quien sufre la migraña sea hipersensible a tales estímulos y, por eso, las cantidades de CGRP liberadas son realmente elevadas.
Contra la pared. Niveles inflamatorios altos y vasodilatación exacerbada encienden el dolor. Los pacientes sienten intolerancia al ruido a la luz y a los sonidos, además de náuseas, fatiga, inapetencia e irritabilidad.
"Algunas personas suelen tener síntomas de advertencia denominados aura –explican desde el Ministerio de Salud de la Nación-. Cuando aparecen los síntomas del aura pueden hacerlo desde unos minutos antes hasta horas antes de comenzar el dolor de cabeza Los síntomas del aura pueden ser visión borrosa, puntos brillantes, pérdida de una parte del campo visual. Las migrañas comienzan como un dolor muy intenso, pulsátil y palpitante que va en aumento, y duran entre 6 y 48 horas".
En algunos casos, las víctimas migrañosas ver su visión distorsionada: esto era lo que sucedía con el creador de "Alicia en el país de las maravillas", Lewis Carroll, que hizo de las transformaciones físicas de su gran personaje un retrato de su propio sufrimiento.
Las terapias actuales actúan sobre el dolor de manera indirecta. Los medicamentos existentes fueron desarrollados para otras afecciones, como la depresión o la presión alta, y pueden tener efectos colaterales severos. Por eso muchos neurólogos consideran que este nuevo medicamento es "el mayor avance de las últimas dos décadas en el tratamiento de los dolores de cabeza".
La migraña puede ser crónica, con crisis que comprometen al menos la mitad de un mes, o episódica, con dolores quemantes que duran menos de quince días. El dolor de cabeza común es algo completamente diferente: además de ser menos agresivo, es la consecuencia de otros problemas, y no la causa. En los migrañosos, por ejemplo, el dolor puede desencadenarse con los cambios en el aire y la temperatura. Además, los dolores de cabeza pueden agravarse con una mayor temperatura, humedad o con la llegada de las tormentas, cambios repentinos en la presión barométrica o la altitud. Muchas personas migrañosas son sensibles al cambio de uso horario de verano o viajes a través de zonas horarias.
El medicamento anti-CGRP tendrá la característica de controlar el inicio de una migraña, más no podrá aniquilarla, como soñarían Virginia Wolf o Lewis Carroll. Más allá de que el CGRP tenga una participación estelar en el origen del dolor y sea el mecanismo más conocido, hay otros factores involucrados en la formación del nudo neurológico.
Algunos componentes de la afección aún son desconocidos para los especialistas, así como la influencia de las alteraciones hormonales en el organismo. La actuación de las hormonas justifica la mayor incidencia que tienen las migrañas entre las mujeres, con una frecuencia tres veces más elevada, en comparación con los hombres. En ellas, la variación en los niveles de los estrógenos aumenta la sensibilidad de los centros nerviosos relacionados con el dolor.
El diablo en el cuerpo. Descripta en la Antigüedad con detalles, dado el hecho de ser muy común, la migraña fue asociada a espíritus malignos que aprisionaban la cabeza. Cráneos de hace nueve mil años atrás muestran evidencias de trepanación (una práctica durante la cual la cabeza era perforada de manera no letal) de modo que esas almas malignas pudieran escapar.
Una conocida pintura del holandés Hieronymus Bosch (1450-1516), La extracción de la piedra de la locura, muestra a la trepanación como una salida para la locura. Y esto tiene una explicación muy concreta. Interpretaciones históricas recientes, asociadas a investigaciones científicas, muestran que, en muchos casos, lo que se relacionaba en el pasado con la locura eran (muchas veces) lacerantes dolores de cabeza que no tenían explicación y que, ahora, sabemos que eran migrañas.
La complejidad y la diversidad de los factores involucrados en la migraña fueron los que retardaron el desarrollo de un medicamento eficaz para luchar contra ella y sus efectos.
La asociación de la vasodilatación con el origen del dolor fue mejor comprendida cuando fue factible hacer exámenes de imágenes capaces de disparar la actividad cerebral.
Gracias a eso, actualmente se sabe que el flujo sanguíneo cerebral que precede al dolor de la migraña llega a ser un 300% mayor.
A decir verdad, la propia CGRP ya había sido estudiada por la industria farmacéutica para tratar la migraña en la década del 2000, a partir de un remedio que se ingería por vía oral en forma de comprimido. Pero por aquél entonces las investigaciones fueron interrumpidas debido a que los testeos mostraron una alta tasa de toxicidad a nivel del hígado.
Los investigadores aprendieron la lección y, por eso, el nuevo medicamento es inyectable: para que no sea metabolizado en el hígado.
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