Los caprichos de los cantantes a la hora de subirse a un escenario son infinitos. Están los artistas de cabotaje que se conforman con que en su camarín haya una caja de alfajores Jorgito y están los internacionales que piden cosas tan disparatadas que le ponen los pelos de punta a los organizadores. Vamos a entrar en un viaje que nos asombrará, nos hará reír y hasta enojar. Todo lo que leerán está puesto por escrito en los contratos de las estrellas. No se desmayen...
Arrancamos con los Rolling Stones. El eterno Mick Jagger pide un camarín de 10 metros de largo y tres de ancho para poder hacer los ejercicios que le permitan entrar en calor. La banda viaja con sus propios muebles, que incluyen una mesa de ping-pong y billar. Eso sí, los camarines deben tener aire acondicionado, baño privado y 600 toallas. Y una sala de primeros auxilios. Son setentones...
Beyoncé. Ella pide tres camarines. Uno para que la peluquera le ordene su cabellera, otro para que su asistente facial le ponga cremas y un tercero para estar sola y relajarse. Su baño debe tener papel higiénico de seda roja, vino blanco de 500 dólares y vajilla de plata. El corredor que la lleva del camarín al escenario tiene que estar cubierto de lino blanco y una persona tiene que estirar las arrugas después que ella pase. Para terminar, la estrella pide un número ilimitado de botellas de Pepsi, sillas en forma de corazón, sandwiches de pavo y cereales con miel.
Justin Bieber es histérico con algo: nadie puede dirigirle la palabra en los camarines. Que deben estar repletos de comida chatarra. Galletitas, sandwiches, gaseosas y chicles. Y un pedido especial: Ritz Bits. Son unas bolsas con pequeños sándwiches y su gusto preferido es queso y manteca de maní.
Britney Spears está con la temperatura a mil. Si no, no se entiende su pedido de media tonelada de cubitos. Además exige 200 toallas de un solo color, 32 vestidos de Herve Leger a su medida, 12 floreros con magnolias, y un equipo completo de esteticistas que le hagan la manicura, la limpieza de cutis y el masaje terapéutico en el momento que ella lo desee. En cuanto a la comida, solicita 12 chocolatines Snickers, 10 bolsas de Doritos, 6 cajas (de 24 latas cada una) de una cola light y varios platos de ensalada de papa. Además la diva lleva consigo una cámara hiperbárica de oxígeno, que cuesta 13.000 dólares. Para respirar oxigeno puro...
Katy Perry exige que su camarín esté decorado en tono beige y rosa, que tenga una mesa de café estilo plexiglás moderno, dos sillas en forma de huevo, dos lámparas con pedestal de estilo francés, un refrigerador con puerta de vidrio, arreglos florales con hortensias blancas y moradas, rosas blancas y rosas, y poenias. Pero nunca, jamás, claveles. Su hotel debe tener una suite presidencial en la que alojarse y servicio de internet ilimitado y gratis. En su limusina, el chofer no esta autorizado a hablarle ni mirarla. Además debe haber cuatro botellas de agua dentro del vehículo.
El camarin de Shakira siempre tiene que tener melones, mangos, papayas, bananas, manzanas y kiwis. También un camarín extra para su vestuario, con dos mesas largas, un ventilador y dos personas a cargo de la atención. También debe tener a su disposición agua de marca francesa a tres temperaturas distintas y grandes cantidades de gaseosa. Eso sí, siempre bebe en pajita para no estropear su maquillaje.
Luis Miguel, que anda de problema en problema, pide humidificadores, botellas de oxígeno y que el camarín huela a vainilla. Debe haber agua embotellada, bebidas energizantes, carnes frías, fruta, tequila, vodka y whisky. Y exige un chef exclusivo que le cocine comida turca y ensaladas exóticas.
El portorriqueño Chayanne es modesto. El agua mineral que se le sirve debe ser francesa, pero entre sus bebidas debe haber también cuatro litros de jugo natural recién exprimido, refrescos isotónicos y té con limón y miel.
Madonna se cree la Reina del Pop y como monarca pide y pide. Necesita dos camarines con capacidad para 200 personas cada uno. Es que tiene que acomodar a su séquito, integrado por 30 guardaespaldas, un instructor de yoga y un chef que cocina sólo para ella platos vegetarianos. El camarín tiene que tener 20 líneas telefónicas y los baños deben ser nuevos, desde las canillas hasta el inodoro. Después que termina su recital se destruyen. Siempre solicita un gimnasio cerca y mucha agua, eso sí, bendecida por la Kabbalah. También exige que apaguen las luces de los jardines del hotel que se aloja, por las noches, para ver mejor las estrellas.
Jennifer Lopez es particular. No confía donde va y se lleva sus cosas. Entre ellas, las sábanas que deben ser de seda de 250 hilos, y ¡su inodoro! Se entiende. Su trasero está asegurado por tres palos verdes. Otra cosa que siempre la acompaña son sus auriculares con diamantes incrustados.
Mariah Carey ya no tiene el suceso de los años '90, pero ella sigue creyendo que es una diva. El próximo 28 de octubre estará en la Argentina y ya marcó sus exigencias: su habitación debe tener siempre una temperatura de 24º y un purificador de aire. Tiene que estar llena de rosas blancas, de velas con olor a vainilla, de botellas de vino blanco Sauvignon (cada una 200 dólares) y de champán Cristal. Y muchas pajitas, porque el champán lo toma en pajita. ¡Que pajita Mariah!
Kanye West tiene un trauma con su cara. El cuidado de la misma es su mayor ocupación en la vida. En su habitación de hotel tiene que haber: dos tubos de bálsamo labial de Carmex, pastillas de jabón de L'Occitane, un frasco de champú anticaspa y de exfoliante facial de Neutrogena y crema hidratante de Nivea. Viaja con su esposa, Kim Kardashian, y su hija, North West (de tres años). Y la nena también debe recibir atenciones. Un chef sólo para ella que le cocine comida orgánica, un camarín donde este la colección de dvds de la nena, un televisor y una cama que no debe costar menos de 8.000 dólares. Pobre nena. Cuando crezca se va a enterar que la Luna no puede comprarse.
Steven Tyler, el líder de Aerosmith, tiene una mascota que lleva a todos sus conciertos y causa problemas a los organizadores porque tiene que haber un camarín para él. Es un pequeño cocodrilo. Y bue, algunos tienen perros, otros gatos. él es una estrella de rock. No me vengan con un Bobby...
Marilyn Manson antiguamente pedía una mujer enana en su camarín. Delirios sexuales del hombre oscuro del rock. Ahora pide algo insólito: cientos de paquetes de gomitas masticables con forma de ositos. Y bue, el cerebro ya le marca plano...
Muchos consideran que la más insoportable a la hora de exigir es Paulina Rubio. Su camarín debe tener 40 metros cuadrados, estar pintado de negro, tener cantidades industriales de velas e inciensos. Y más: una botella de vodka, agua Evian en tres temperaturas distintas, sushi del mejor catering de Miami, vitaminas azucaradas y toallas blancas perfumadas. También debe haber bandejas de queso francés para su perra Miranda. El escenario de sus conciertos deben tener medidas exactas: 18 metros de ancho por 12 metros de alto.
Lady Gaga se siente sola en su camarín pero no quiere tener compañía humana. Ella pide un maniquí con el pelo rosa. Qué hablará con él habría que preguntárselo a Tom Hanks. El le debe haber dado data de sus largas charlas con Wilson en Náufrafgo. La cantante siempre realiza sus tours junto a exactamente 144 personas y en 28 micros. Esos números deben respetarse en su camarín, repartidos entre mesas, sillas, vasos y platos. No termina allí. Los miembros de su equipo tienen que sostenerle el celular en todo momento para evitar radiaciones. Además, en sus camarines siempre debe haber un tanque de oxígeno, así como todo tipo de comida y bebida variada. Y no se sienta en ninguna silla donde alguien se haya sentado antes. Para terminar con sus locuras, contrata equipos de parapsicólogos para que revisen los hoteles donde se va a alojar, asegurándose de que estén libres de fantasmas y poltergeists.
Elton John es un histórico. Y uno de los más excéntricos. Sus camarines tienen que tener más de 60 metros cuadrados y estar climatizados. Deben decorarse con plantas grandes y frutas alineadas llevando un orden por tamaño y color. En cuanto a la iluminación, Elton exige lámparas no fluorescentes. Además, las paredes deben ser de tono claro, preferentemente de color crema. Otra dato curioso es que en su camarín siempre debe haber un televisor con un canal deportivo en vivo. Le gusta ver fútbol y el partido que estén transmitiendo en el momento.
Dentro del rock duro, los Mötley Crüe se han vuelto blandos. Abandonaron el alcohol y exigen un listado con todas las reuniones de Alcohólicos Anónimos en las ciudades que tocan. Quieren seguir por la buena senda y tener lejos al diablo.
Eminem es uno de los reyes del rap. Y fue subiendo en sus exigencias mientras crecían sus ventas. En su camarín tiene que existir un jardín. Y eso no es nada. También un estanque con carpas Koi, una especie rara. Cada pez cuesta 500 verdes. Lo increíble es que no le presta la menor atención a los pececitos de colores.
Ozzy Osbourne se puso viejo. Uno de los rockeros de este siglo y del pasado necesita un médico en su camarín para que lo controle permanentemente y le inyecte vitamina B12 en caso necesario. Y no deben faltar tres tanques de oxígeno puro y una docena de ¡matafuegos!
Joe Jonas dijo que mantiene largas charlas con su perro, Winston. Partiendo de este diálogo tan volado no resulta extraño que el muchacho pida una docena de cachorros en su camarín. ¿Hablará con cada uno de ellos?
La banda inglesa Blur es pura ternura. Quieren muchos huevos Kinder y una caja de Legos. Entre recreo y recreo vaya a saber que hacen con los cinco pares de media que también exigen, para cada uno, Damon Albarn, Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree.
Rihanna odia el color amarillo. Nada, absolutamente nada, puede tener ese color en su camarín o en su habitación de hotel. Y entre las menudencias que pide se encuentran varios jabones antibacterias y un perchero con ruedas. En lo que a comida y bebida se refiere, Rihanna suele pedir un frasco de miel, varias botellas de Fiji Water, multitud de bolsas de Cheetos, chicles Trident verdes y una selección de frutas que incluyan mangos, peras, manzanas y uvas sin pepita. Y lo más complicado de todo: 24 alitas de pollo calientes con arroz blanco especiado de Buffalo, una ciudad de Estados Unidos.
Le digo Miley Cyrus. Usted se agarra la cabeza y piensa que viene lo peor. Su camarín debe tener dos mesas rectangulares de 2,5 metros de largo cubiertas con manteles blancos o negros, tres sillas grandes y cómodas, una heladera y una tostadora. Comida celíaca, frutas orgánicas, 48 botellas de agua (24 a temperatura ambiente y 24 frías), agua de coco, té de marcas especiales, bebidas isotónicas, una gaseosa cola, vodka Ciroc y whisky Jack Daniels. Pero hay algo que está a la cabeza de todos sus pedidos: una consola con el Guitar Hero, el videojuego que le roba media docena de horas al día. A tanto llega su pasión que no acudió a la entrega de los Premios Grammy en 2014 para seguir jugándolo.
Son cantantes. Son rockeros. Son ídolos de multitudes. Son figuras. Y son un montón de hombres y mujeres con pedidos disparatados, irrazonables y muchas veces ofensivos. Para con el sentido común y el hambre de muchos...
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