Calentitos, pero movedizos
"El gato ama dormir en lugares blandos y tibios y la cama de los dueños reúne esas características", explica María Virginia Ragau, médica veterinaria especialista en etología clínica.
Si bien amos y gatos se brindan calor y compañía durante la noche, es importante destacar que los felinos son animales nocturnos y con sus hábitos pueden afectar la calidad del sueño de sus dueños.
"Durante la noche es habitual que el gato se despierte para alimentarse o acicalarse. También, puede ocurrir que quiera dormir solo o cambiar de cama o de compañero a lo largo de la noche. Y esta actividad nocturna del gato puede provocar trastornos en el sueño de las personas", aclara la experta.
Una vez que ingresó a tu cama, es muy difícil sacarlo
Los gatos son "a todo o nada". Por eso, la médica veterinaria Ingrid Johnson, explica en WebMD que si no estás seguro de dormir con tu gato, lo mejor sería que ni siquiera ingresara a la habitación, porque "los gatos no reaccionan bien si se les quita repentinamente el territorio".
"Suele ser muy difícil cambiar los hábitos a los gatos y pueden sentirse frustrados si no hacen lo que quieren", explica Ragau, y aclara que los felinos pueden manifestar esa frustración a través de maullidos intensos durante la noche o, incluso, podrían volverse agresivos con sus dueños.
¿Y si tengo que sacarlo de mi cama sí o sí? Johnson recomienda ofrecerle un entretenimiento para la noche, como darle comida o algún juguete. Por su lado, Ragau propone iniciar una terapia conductual para implementar paulatinamente los cambios en la rutina del animal.
¿Me puedo contagiar enfermedades?
Si compartís la cama con tu mascota , la recomendación es llevarlo al veterinario regularmente para verificar que tu gato esté sano, libre de parásitos, enfermedades e infecciones.
Asimismo, si dormís con un gato que durante el día está al aire libre hay que estar alerta porque, según explica la médica veterinaria Jennifer Maniet en Healthline, están más expuestos a portadores de enfermedades como pueden ser otros gatos, gusanos, pulgas, garrapatas, mosquitos y otros insectos. "Todos ellos tienen el potencial de transmitir enfermedades como virus, bacterias, parásitos y muchas otras infecciones", aclara.
Durante los meses de verano las garrapatas y otros parásitos se vuelven más activos. Por eso, lo recomendable es revisar regularmente el pelaje y la piel de tu gato para evitar la aparición de estos molestos habitantes que pueden propagar enfermedades.
Y si notás signos de malestar en tu gato como pérdida de cabello, erupciones en la piel, estornudos, tos, letargo, vómitos o diarrea, Maniet sugiere no dormir con el felino y llevarlo de urgencia al veterinario.
Por último, quienes sufren de alergia a la caspa de las mascotas o tienen asma, no deberían dormir con su gato, ni permitirle ingresar a la habitación.
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