Vivía en un lujoso departamento en Nueva York y tenía un codiciado puesto como diseñador de Ralph Lauren. Pero un día dejó todo, se subió a una casa rodante y manejó 160 mil kilómetros hacia el oeste de Estados Unidos. Más tarde, cumplió su sueño: vivir en una “casa del árbol”.
“Para mí, es cumplir un sueño de la niñez”, contó Foster Huntington, de 27 años, al diario The New York Times. A su nuevo hogar lo bautizó “Cono de
cenizas” porque está ubicado donde antes había un volcán, en el suroeste del estado de Washington, en el noroeste de Estados Unidos. El terreno da a un valle agrícola y hacia el sur se encuentra el cañón del río Columbia.La “casa del árbol” en realidad son dos: el “estudio”, que Huntington usa para trabajar, y el Octágono, donde duerme. Ambas están equipadas con hogares, para pasar el invierno, y se conectan a través de puentes. Además, cuentan con bañeras al aire libre y una pista de skate. Para construirlas, tardó meses y contó con la ayuda de un grupo de amigos y de un experto en casas de árboles.
En su nuevo hogar, Huntington se mantiene activo: es consultor de una marca de ropa, protagonizó publicidades, trabaja como fotógrafo independiente y escribe un blog de viajes.
La Razón
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