Estaba cansada del contacto con otras personas, del ruido y de la contaminación de Osaka, la ciudad de Japón en la que vive. Y mientras buscaba una opción para pasar sus vacaciones, descubrió una agencia de viajes internacional que ofrecía paquetes turísticos a islas desiertas en los lugares más inhóspitos del mundo.
Reikko Hori, una japonesa de 22 años, no lo dudó y
decidió cumplir su deseo de aislarse por completo y probarse a si misma que podría lograrlo. Contrató la variante más extrema que ofrecían: 19 días en "Modo Aventura" en la isla de Amparo, en Indonesia, a 6.500 kilómetros de Australia. Lo insólito es que la joven no contaba con ningun tipo de preparación técnica para emprender semejante viaje. "Cuando llegó al aeropuerto me llamó la atención su equipaje, que incluia solo unos pocos jeans. Tuvimos que ir a un negocio local a comprar la ropa adecuada. Me preocupé también cuando me enteré de que el conocimiento de supervivencia de Reikko era inexistente, pero lo que más me sorprendió fue su incapacidad para detectar el peligro y su insual resistencia al dolor. Durante su estadía, paseó descalza sobre los corales como si estuviera caminando en su casa y durmió en el suelo de la selva sin pensar que un animal salvaje podría haberse cruzado con ella", contó Alvaro Cerezo, dueño de la agencia y un apasionado de las historias de naufragios.
La joven Reikko reconoce que la estadía no fue fácil ya que sintió "dolor, soledad e impotencia", pero asegura que aprendió a cazar peces, romper cocos con una piedra y hacer fuego con una lupa. Y lo cierto es que logró resistir el desafío hasta el final y convertirse en la primera mujer que vivió como náufrago por propia voluntad.
"En general prefiero estar sola, pero después de pasar 19 días en una isla desierta me encontré con un mundo sin personas y no es el mundo en el que realmente quiero vivir. Aprendí sobre la felicidad de relacionarme con otras personas. Y lo importante que son las cosas que tengo."
Fuente: Clarìn.com
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