lunes, 6 de noviembre de 2017

La densidad mamaria se vincula con el riesgo de cáncer

Más del 66% de las mujeres desconoce que la mama densa es un factor de riesgo para desarrollar cáncer de mama. Sin embargo, la mama densa aumenta entre dos y seis veces el peligro de desarrollar este tipo de cáncer.­
Los datos se desprenden de un reciente estudio a cargo de la doctora Karina Pesce, miembro de la Sociedad Argentina de Mastología. "A estos
altos niveles de desconocimiento, se le suma la desinformación de poco más del 7% que escuchó el término pero no cree que esta característica de la mama sea un factor de riesgo de la enfermedad. Es decir, en total, un 74% de las mujeres no tiene en cuenta la relación entre mama densa y cáncer", afirma la especialista.­
Del estudio participaron 1.588 mujeres de entre 18 y 82 años, un tamaño muestral cuyos resultados son extrapolables a otras mujeres de similares características a las participantes: alto índice de acceso a la información y al conocimiento (78% posee estudios universitarios o terciarios), y con acceso a la salud (91% tiene obra social o prepaga). "Sólo un 26% de las mujeres encuestadas conoce la relación entre densidad mamaria y cáncer, que es en la actualidad uno de los principales temas de análisis y discusión en la literatura médica", menciona la mastóloga y destaca: "Las investigaciones han demostrado que tener mama densa aumenta entre dos y seis veces el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Por ello, es fundamental que tanto los médicos como las pacientes estén atentos a la densidad mamaria"­.
­CARACTERÍSTICAS­
El especialista en diagnóstico por imágenes Daniel Lehrer, también miembro de la SAM, explica que la densidad es una característica de la mama y no una afección: "La densidad mamaria representa la cantidad de tejido fibroglandular (glándula y tejido de sostén) en relación al tejido graso (adiposo) que tienen los senos de cada mujer. Puede variar: hay mamas que tienen muy poco tejido fibroglandular y están compuestas mayormente por tejido graso, mientras que otras están compuestas casi en su totalidad por tejido fibroglandular y muy poco tejido adiposo, que son las que llamamos 'mamas densas'".­
A pesar de la importancia que tiene esta característica de la mama como factor de riesgo del cáncer de mama, es alarmante el alto nivel de desconocimiento de las mujeres sobre cómo se llega al diagnóstico de mama densa: sólo un 36% de las encuestadas sabe que es a través de la mamografía.­
A partir del estudio mamográfico, los imagenólogos mamarios evalúan la densidad utilizando una clasificación propuesta por el Colegio Americano de Radiología, que se conoce con las siglas ACR. En base a la cantidad de glándula mamaria, se clasifica con una letra que va de la A a D, a saber:­
* Mama tipo A: patrón no denso donde predomina el tejido graso o adiposo.­
* Mama tipo B: patrón no denso con tejido glandular disperso.­
* Mama tipo C: patrón denso con tejido fibroglandular heterogéneamente denso.­
* Mama tipo D: patrón denso con tejido extremadamente denso.­
La mama densa (C y D) disminuye la sensibilidad de la mamografía, es decir, puede ocultar el tumor y dificultar el diagnóstico temprano a través de este estudio. ­
"Con los años se comprobó que la efectividad de la mamografía es mayor en las mamas adiposas y que disminuye a medida que aumenta la densidad mamaria. Dado que las lesiones mamarias son blancas, es más difícil detectarlas sobre un fondo blanco (mamas densas) que sobre un fondo gris (mamas adiposas), pudiendo identificar sólo la mitad de los cánceres en las mamas muy densas", detalla Lehrer.­
Para comprender estas categorías y sus implicancias en el diagnóstico temprano, Pesce propone realizar una analogía entre el aspecto de las mamas en la mamografía con el aspecto del cielo: "Si nuestras mamas estuvieran compuestas todas de grasa se verían como un cielo claro sin nubes, y el nódulo -que se ve blanco en la mamografía- destacaría con la nitidez del sol. A medida que aumenta la densidad mamaria, debemos sumar nubes al cielo, por lo que cada vez cuesta más ver el sol", ilustra la mastóloga.­
"Algo similar ocurre en la interpretación con la mamografía cuando el nódulo puede quedar oculto, enmascarado por el tejido denso. En ciertos casos (mama con tejido heterogéneamente denso) podemos ver las espículas o la retracción del tejido, tal como sucede con el filtrado de la luz del sol a través de las nubes, que nos permiten reconocer su presencia. Ahora bien, cuando el cielo está cubierto totalmente por nubes no podemos ver el sol ni sus rayos filtrando por las mismas. Esto mismo ocurre con el tejido glandular extremadamente denso donde el tumor puede estar presente pero no ser identificado en la mamografía", continúa.­
Teniendo en cuenta las dificultades en la identificación del nódulo en la mamografía debido a la densidad mamaria, los mastólogos indican estudios complementarios, como la ecografía mamaria y la tomosíntesis (estudio 3D de la mama).­
"A partir de los 40 años, complementar la mamografía anual con ecografía permite encontrar aproximadamente 50% más de carcinomas pequeños en las mujeres con mamas densas. Asimismo, en los casos de pacientes con densidad mamaria que además tienen alto riesgo de cáncer de mama por factores como mutación genética de genes BRCA o riesgo mayor al 20% en toda su vida por antecedentes familiares de cáncer de mama, es indicación realizar una resonancia magnética de mama además de la mamografía", desarrolla el especialista.­
Ambos profesionales enfatizan la recomendación de que las pacientes con mamas densas continúen realizando la mamografía anual a partir de los 40 años, ya que éste es el único estudio que ha demostrado científicamente una disminución del número de mujeres que mueren por cáncer de mama gracias a la detección temprana, cuando el tumor se encuentra en sus estadios iniciales













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