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El boniato, un tubérculo de piel anaranjada y pulpa dulce, ha ganado protagonismo en la nutrición por sus múltiples beneficios para la salud. Más allá de su sabor agradable, este alimento destaca por su alto contenido en potasio y antioxidantes, convirtiéndolo en un aliado fundamental para mantener una visión saludable.
Un tesoro de nutrientes
El boniato supera al plátano en cuanto a su contenido de potasio, un mineral esencial para regular la presión arterial y la función muscular, incluyendo la del ojo. Además, es una rica fuente de betacaroteno, un pigmento que el organismo transforma en vitamina A. Esta vitamina es fundamental para la visión nocturna y protege la córnea.
La luteína y la zeaxantina, otros antioxidantes presentes en el boniato, se concentran en la retina y el cristalino, actuando como un escudo protector contra enfermedades degenerativas como la degeneración macular y las cataratas. La vitamina C, también presente en este tubérculo, refuerza los vasos sanguíneos del ojo y protege contra el daño oxidativo.
Más allá de la vista
Los beneficios del boniato se extienden más allá de la salud ocular. Su alto contenido de fibra lo convierte en un aliado para la digestión, mientras que su bajo índice glucémico lo hace ideal para personas con diabetes o que buscan controlar su peso.
Cómo incorporarlo a tu dieta
La versatilidad del boniato permite incluirlo en una gran variedad de platos. Puede hornearse, asarse, puréarse o utilizarse en sopas y ensaladas. Su sabor dulce y textura suave lo convierten en un ingrediente ideal para niños y adultos.
En conclusión
El boniato es mucho más que un simple alimento. Sus propiedades nutricionales lo convierten en un aliado para la salud ocular y general. Incorporarlo a tu dieta de manera regular puede contribuir a prevenir enfermedades oculares y mejorar tu calidad de vida.
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